Hola hola!! Mi nombre es Carlos y soy el tutor de 5º de
Educación Infantil (un curso genial) del colegio Sagrado Corazón, en Meliana.
Este curso he podido disfrutar de una experiencia formativa en el extranjero,
(pensaba que ya se me había “pasado el arroz” para ser un Erasmus, pero no).
Concretamente mi curso se desarrolló en Assen (Netherlands), entre los días 13
y 19 de octubre, ambos inclusive.
Por un lado, desde el primer momento me apetecía muchísimo
vivir esta experiencia, soy viajero de segunda profesión y una oportunidad así
no se puede dejar escapar, pero por otro lado me apenaba estar unos días lejos
de mi familia y de mis almumnitos. Eché ambas cosas mucho de menos durante mi
estancia en Assen, pero también disfruté de una experiencia intensa, divertida,
enriquecedora y muy muy cansada.
Mi viaje comenzaba a las 4 de la madrugada de un domingo (no
es la mejor forma de empezar, ¡soy muy dormilón! Pero quien algo quiere, algo
le cuesta). Aeropuerto, vuelo y a las 8 de la mañana en Amsterdam. De ahí debía
coger un tren a Assen, dos horas más de viaje y llegada a esta pequeña y poco
agitada (digámoslo así) ciudad. La primera impresión fue la de llegar a una
ciudad fantasma, domingo a mediodía, lloviendo, ni un alma por la calle, todo
cerrado y yo, un vagabundo con 20 kilos de equipaje a rastras intentando
encontrar un lugar en el que guarecerme, pues en el hotel no se puede entrar
hasta las 16:00… ¡Bien! Algo que contar (no es lo que nos pasa, sino como lo
vivimos lo que determina si es bueno o malo). En fin, 4 horas de vagabundear y
por fin recibo mi habitación en el hotel. Duchita calentita y ¡a por el curso!
El primer día fue genial, no por la presentación de los
encargados del curso, ni por saber todo lo que íbamos a aprender, ni por
conocer a los demás compañeros de 7 países diferentes, sino porque al final de
la sesión hicimos el European Fair, que para que nos entendamos consiste en que
cada participante traía delicias gastronómicas típicas de su país y las
compartía con los demás, ¡principalmente conmigo! Una gran toma de contacto J
El siguiente día comenzó con la presentación uno a uno de
los participantes del curso, cada uno contaba de donde venía y hablaba sobre su
colegio y el sistema educativo de su país. El curso estaba formado por
profesores de todos los niveles, desde Educación Infantil a Secundaria y grados
formativos, mucha variedad, ¡mayor posibilidad de enriquecimiento! Una vez
presentados los diferentes sistemas educativos, se entabló un debate muy
interesante. Fue en este momento cuando aprendí la cosa para mí más reseñable
de todos esos días. Después de escuchar a mis compañeros de otros países, me
quedó patente en qué países se invierte más en educación, en qué países se
valora y aprecia con mayor intensidad la labor de un maestr@. No jugamos todos
en la misma liga ni contamos con los mismos recursos, y no me refiero a recursos
materiales, sino a que hay países donde tienen en cada aula la mitad de alumnos
que tenemos nosotros y además son 2 profesores, en definitiva, hay países donde
la educación de calidad es prioridad absoluta y en el nuestro, por desgracia,
no lo es.
Los días transcurrieron rápidamente, teníamos clase desde
las 10 de la mañana hasta las 18 generalmente, y una vez terminado el curso nos
reuníamos en grupos de trabajo para preparar una actividad final del último
día, así que a la cama llegábamos muy muy cansados. Todas las actividades y
talleres tenían como finalidad mostrarnos una forma diferente y creativa de
realizar actividades, tanto dentro como fuera del aula. La creatividad era el
título del curso y el eje central de toda actividad. A lo largo de los días
visitamos el archivo de Drente, el Drents Museum, un molino de viento y un
colegio de los Países Bajos, que era muy moderno y estaba muy bien equipado (se
nota que el gobierno Neerlandés apuesta por la educación de calidad) pero una
vez más, lo que más me llamó la atención fue el número de alumnos por clase.
Para ser un buen profesor no considero necesario tener la última tecnología a
mi alcance, ni las aulas y bibliotecas más bonitas, ni nada material, pero si
considero vital tener un número de alumnos
al que pueda cubrir al 100% en sus diferentes necesidades y a día de
hoy, en España, esto no sucede.
La última actividad del curso, y la más emocionante, fue una
caza del tesoro por equipos por toda la ciudad de Assen, buscando pistas y
aprendiendo sobre arquitectura al mismo tiempo. Fue una auténtica gozada ver a
todo mi equipo, con una edad media de más de 50 años contagiados por la
competitividad corriendo con la lengua fuera por toda la ciudad para ganar.
¡Muy divertido!
Para terminar el curso hubo una sesión de evaluación, donde
se valoraba si habíamos aprovechado el tiempo a lo largo de la semana y la
superamos con creces. Entrega de diplomas y ¡para casa!
Durante mi estancia en Assen mantuve contacto con mis
alumnos casi a diario a través de las familias y los demás profesores, sobre
todo mi querida Maite que los cuidó y trabajó con ellos como si fueran los
suyos. Intenté hacerles partícipes de esta experiencia y cuando a la vuelta me
recibieron con un enorme abrazo me consideré el profesor más afortunado del
mundo, ¡¡son únicos!!
Valoro la experiencia como muy positiva, la disfruté y
aproveché a partes iguales, sin duda, todo el trabajo que conlleva bien vale la
pena. Hice contactos en varios países durante estos días, sobre todo con un colegio
de Islandia, ya que eran de Educación Infantil, al que estamos a punto de
enviar nuestra primera carta en inglés, escrita y preparada por mis alumnos.
Esta experiencia ha sido el principio, ¡nuestro colegio abre las puertas a
europa!